Algunas plantas están preparadas para sobrevivir y prosperar en las condiciones más extremas que puede presentar el periodo estival en cuanto a altas temperaturas, falta de humedad, etc. Un ejemplo de planta muy resistente a estas condiciones es Ailanthus altissima, árbol del cielo o ailanto, que podemos encontrar tanto en zonas urbanas como naturales. Puede aparecer en cunetas, taludes, escombreras, jardines, riberas de ríos, campos, dehesas, etc. Es muy resistente y se reproduce de forma muy eficiente.
El ailanto procede del sureste asiático. Los primeros ejemplares, procedentes de las islas Molucas, se introdujeron en el siglo XVIII en Europa como árbol ornamental, estando ya naturalizado en el XIX. Del idioma malayo también procede su nombre, “aylanto” que significa “árbol muy alto”.
Pero, ¿cuáles son los métodos que utiliza para colonizar y evitar competencias?:
Cada ejemplar puede producir 350.000 semillas/año que germinan con mucha facilidad. Además, estas semillas del tamaño de una lenteja están rodeadas de un ala membranosa que permite su dispersión con el viento.
Tiene unos brotes radicales muy potentes y robustos que pueden producir varetas hasta 15 metros de distancia de la planta madre.
Las hojas y la corteza tienen unas sustancias bioquímicas alelopáticas tóxicas para otras plantas que inhiben su crecimiento y reproducción.
Tienen pocos enemigos naturales. Prácticamente ningún insecto les ataca. Las hojas y flores producen un olor desagradable, fétido poco atrayente para los animales. Por ejemplo, si las abejas liban las flores, comunican a la miel un sabor desagradable.
Si se talan, podan o queman, los brotes que surgen lo hacen con mayor potencia de regeneración.
En España el ailanto está incluido en el Catálogo Especial de Especies Exóticas Invasoras (R.D. 630/2013) y varias Comunidades Autónomas tienen planes de erradicación del medio natural.
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