(Si quieres apoyar esta propuesta: www.change.org/NoCarreras_ParqueNacional).
A partir del mes de mayo, se inician las carreras en la naturaleza (Trail Running) por la Sierra de Madrid y Segovia. Desde ahora hasta noviembre, recorrerán el Parque Nacional y su zona de influencia, pasando por áreas de gran importancia ambiental como dehesas, bosques de ribera, roquedos, piornales, pastizales de alta montaña, etc.
Están previstas más de 25 carreras que pasarán por zonas de alto valor ecológico como La Pedriza, Siete Picos, Peñalara, Guarramillas, Morcuera, Abantos, etc. Algunas de estas carreras tienen previsto realizar el mismo recorrido, acumulando, sobre todo en zonas sensibles, los impactos negativos.
No se entiende que una actividad de este tipo se pueda llevar a cabo en un espacio protegido, definido por la ley 30/2014 de Parques Nacionales como “espacios naturales, de alto valor ecológico y cultural, poco transformados por la explotación o actividad humana que, en razón de la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, de su fauna, de su geología o de sus formaciones geomorfológicas, poseen unos valores ecológicos, estéticos, culturales, educativos y científicos destacados cuya conservación merece una atención preferente y se declara de interés general del Estado”. (artículo 4), y cuyos objetivos son “conservar la integridad de sus valores naturales y sus paisajes y, supeditado a ello, el uso y disfrute social a todas las personas con independencia de sus características individuales (edad, discapacidad, nivel cultural, etc.) así como la promoción de la sensibilización ambiental de la sociedad, el fomento de la investigación científica y el desarrollo sostenible de las poblaciones implicadas, en coherencia con el mantenimiento de los valores culturales, del patrimonio inmaterial y de las actividades y usos tradicionales consustanciales al espacio.” (artículo 5).
No parece que en el articulado haya sitio para competiciones deportivas de carácter multitudinario con más de 200 corredores por prueba, además de organizadores, voluntarios y público en general. Hay que recordar que solamente el 0,76% de la superficie española es Parque Nacional y un 2,7% en la Comunidad de Madrid, por lo que existe una gran cantidad de terreno donde se pueden celebrar estas pruebas sin poner en peligro la biodiversidad de estos espacios.
Los principales problemas que se producen por la realización de estas actividades son la erosión y compactación de los suelos de cumbres y laderas ya que son unos ecosistemas muy frágiles, el pisoteo de la vegetación tanto en los márgenes de los senderos como en zonas abiertas, el ruido que se produce en las zonas de tránsito y los residuos que se pueden dejar depositados.
A partir de los meses de abril y mayo empiezan a aparecer especies emblemáticas como son las orquídeas (Orchis mascula, O. morio, O. coriophora), gallos (Serapias lingua), jacintos (Hyacinthoides hispanica), narcisos (Narcissus bulbocodium, N. triandrus, N. rupicola), martagones (Lilium martagon), etc.
También las aves rapaces nidificantes en la zona del Parque Nacional están en periodo de reproducción por lo que necesitan evitar todo tipo de interacción tanto con los nidos como con su área de campeo. Entre estas especies están el buitre leonado (Gyps fulvus), halcón peregrino (Falco peregrinus) y águila real (Aquila chrysaetos). De hecho, se prohíbe la escalada y el tránsito en algunas zonas desde el 1 de enero al 31 de julio para evitar molestias a estas aves y, sin embargo, se permite la realización de este tipo de carreras. Igualmente, algunos mamíferos como la cabra montés (Capra pyrenaica), tienen el parto entre finales de abril y mayo. La madre se aparta a lugares rocosos de difícil acceso donde necesita no ser molestada para parir y, a continuación, permanece vigilando evitando el contacto con otras especies, incluida la humana.
También en las zonas altas de roquedo se encuentran nidos de pechiazul (Luscinia svecica), acentor alpino (Prunella collaris), roquero rojo (Monticola saxatilis), collalba gris (Oenanthe oenanthe) y en las zonas de piornal, escribano hortelano (Emberiza hortulana), bisbita campestre (Anthus campestris), etc. Sin olvidar los insectos polinizadores, incluidos lepidópteros, que en esta época están en periodo de máxima actividad.
Sería necesario replantear estas competiciones que se desarrollan en un entorno de gran fragilidad ambiental. Debería considerarse la posibilidad de no realizar estas pruebas en periodos que puedan ser cruciales para la supervivencia de la flora y la fauna.
Por eso pedimos tu firma para solicitar al Organismo Autónomo de Parques Nacionales dependiente del Ministerio de Transición Ecológica y a la Comisión de Gestión del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama para que se tomen las medidas oportunas para evitar el perjuicio que se causa con este tipo de actividades al medio natural o, en su defecto, realizarlas en épocas de menor afectación al ecosistema.
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