Según un informe publicado por la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) titulado “Medio Ambiente saludable, vidas saludables: la influencia del medio ambiente en la salud y bienestar de Europa”, combatir la contaminación y el cambio climático mejorará la salud y el bienestar de sus habitantes, especialmente de los más vulnerables.
Entre sus principales conclusiones se encuentran:
La contaminación atmosférica provoca más de 400.000 muertes prematuras en la UE; la acústica 12.000 muertes; más las producidas por el cambio climático especialmente las olas de calor.
La contaminación y los efectos del cambio climático varían entre el este y oeste europeo y el norte y sur. En Bosnia-Herzegovina un 27% de las muertes se producen por efectos de un medio ambiente degradado, mientras en Noruega solo son el 9%.
Las personas más vulnerables están marcadas por una carga de pobreza, por entornos de peor calidad y peor salud, ya que están expuestas a niveles más elevados de contaminación y ruido, así como de altas temperaturas.
Las últimas pandemias como el COVID-19 han saltado desde los animales silvestres hasta los seres humanos por la presión que se ejerce sobre los sistemas naturales.
Sobre este último punto el informe es claro: la colonización de espacios naturales y el contacto humano con animales silvestres reservorios de virus y patógenos es el primer factor para explicar las últimas pandemias.
La destrucción de hábitats forestales ha permitido a patógenos que antes estaban en lugares inaccesibles para el ser humano, incrementar sus posibilidades de contagio desde animales que luego se globalizan por el comercio y transporte.
El informe es preciso en este apartado: “hay un vínculo claro entre la deforestación tropical y la aparición de virus de origen animal en reservorios de la fauna silvestre…..El desbroce de bosques para la construcción de infraestructuras, la minería y la agricultura junto con la caza de animales silvestres para obtener carne y productos para la medicina tradicional, así como el empleo de animales silvestres como mascotas, dan como resultado una mayor frecuencia de interacciones entre el hombre-fauna que pueden proporcionar un mayor contagio de virus para humanos”.
(Fuentes: “La Vanguardia”; www.eea.europe.eu/es).