En este mes de mayo las copas verdes oscuras de las encinas (Quercus ilex), empiezan a cubrirse con unos colores amarillos brillantes producidos por la aparición de los amentos, las flores masculinas, que producen el polen para fecundar a las redondeadas y pequeñas flores femeninas situadas en los brotes del año. Esta fecundación dará lugar a las bellotas que madurarán en septiembre (Migueleñas), noviembre (Martinencas) o, incluso, en enero (Palomeras).
La encina es el árbol más abundante y representativo de la Península Ibérica, más escasa en Galicia y en el País Vasco. La de nuestra zona es Quercus ilex subsp. ballota. (= Quercus rotundifolia), cuyo fruto es dulce y ha sido utilizado, en épocas de escasez, en crudo o asadas como alimento humano al ser rica en glúcidos y grasas, además de hacer una harina para cocinar. Es utilizada como alimento principal del ganado porcino en las dehesas andaluzas, extremeñas y castellanas lo que produce la mejor calidad en la carne del cerdo.
Cuando su principal utilización es la producción de bellota, el rico refranero español nos advierte: “Encina con abundante moco en la montanera da poco” indicando que si aparecen muchos amentos masculinos, esa encina tendrá pocas flores femeninas y, por tanto, dará pocas bellotas.