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Las (casi) últimas flores del verano

Mientras el verano va avanzando, las plantas van perdiendo sus flores convertidas, en la mayoría de los casos, en frutos que irán madurando y en cuyo interior están las semillas generadoras de nueva vida en la primavera siguiente.

Pero todavía podemos ver algunas plantas que mantienen sus flores en las condiciones de calor más extremas. Una de las más abundantes en nuestros campos es la hierba de Santiago o hierba cana. Esta planta puede alcanzar hasta los 120 cm de altura, elevándose sobre la hierba agostada con los tallos erectos y ramificados en la parte superior donde las inflorescencias se agrupan en racimos densos de un color amarillo brillante. Las hojas situadas en la base de los tallos son grandes pinnatipartidas, siendo las del tallo más pequeñas.

La denominación de hierba cana procede del color blanquecino que adquieren las hojas basales cuando la planta empieza a florecer. Así mismo, el nombre latino de Senecio significa que envejece por ese color cano.

Toda la planta es tóxica, tanto para el ganado como para el hombre. En los animales produce hemorragias intestinales y lesiones hepáticas. En el hombre puede causar daños en el hígado. Aun así, las flores se han utilizado en la medicina tradicional para quemaduras, úlceras e inflamaciones oculares.

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