Ya ha llegado, aunque sea con algo de retraso, la primavera. Una de sus primeras manifestaciones es la aparición, con las primeras lluvias, de grandes manchas de flores amarillas que ocupan terrenos incultos y dehesas. La mayoría de estas plantas, de unos 80 cm. de altura son conocidas como pimpájaro o amargo amarillo (Brassica barrelieri). Sus flores crucíferas amarillo brillante, una vez fecundadas producen unos frutos (silícuas) llenos de semillas que se diseminan al final del ciclo quedando en el suelo hasta la primavera siguiente.
Hay algunas especies, pertenecientes al género Brassica, que son utilizadas por el hombre como los grelos, nabos, berzas y repollos. También podemos ver campos de cultivo llenos de plantas amarillas, Brassica napus var. oleífera,es decir, la colza.
Cuando estas plantas van decayendo empiezan a aparecer unas plantas de color azul oscuro brillante que resaltan sobre el amarillo de los pimpájaros. Son las viboreras (Echium plantagineum). Estas plantas pueden alcanzar hasta 1 metro de alto estando sus tallos cubiertos de pelos blanquecinos y con flores acampanuladas. La denominación de viborera procede de la forma de sus frutos que se asemejan a la cabeza de este ofidio. Es por ello que el médico y boticario griego Dioscórides en el siglo I d.c. utilizaba su raíz mezclada con vino como antídoto e, incluso, como preventivo para evitar sus morderuras.